Cuando faltas tú y sobro yo
- Karolina Gámez
- 21 abr 2017
- 1 Min. de lectura

Hay besos que anestesian los puñales en la espalda
y bailes de pies descalzos sobre alfileres.
Hay pesadillas en la cabeza que patean el estómago
y caricias de cristales sobre la piel.
Hay rayos de sol que juegan con mi cabello
y un “ven” que no sale y me atraganta.
Hay brisas heladas que cubren mi piel
y risas (ojalá personas) que se agarran fuerte de mis costillas para no irse cuando haga viento.
Hay abrazos a la almohada eternamente en las noches
y nunca son suficientes los libros en el estante de un escritor.
Hay cobardía en cada paso que doy
y dolor de pecho por tanta taquicardia.
Hay ojeras opacas donde se columpian los sentimientos
y demasiado espacio entre tú y yo.
Hay susurros al oído que dan escalofríos
y olores que te desordenan el alma.
Hay pensamientos recurrentes que mortifican las madrugadas
y literatura que quiere ser leída en tu espalda.
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